Fabián Améndola aseguró que cualquiera puede ser otro Fernando pero nunca uno de los rugbiers y recomendó que, de ser así, habría que correr a pedir ayuda porque tanto el chico como su familia necesitan ayuda profesional.

Diego Brancatelli saltó haciendose cargo y poniendo en duda de si se refería a antiguos dichos del periodista que había afirmado “nunca escupamos para arriba” y que no hay que ser soberbios y creer que un hijo propio no puede verse enrredado en una situación similar.

Améndola, tratando de no reaccionar de mala manera trató de explicarle el por qué un hijo suyo no podría estar de ese lado y lo invitó a reflexionar.

El abogado entendió que cualquiera puede verse involucrado en una pelea pero de ahí a patearle la cabeza a un pibe que ya está tirado en el piso hay una gran distancia. Y puso el acento en la actitud de los rugbiers por lo que hicieron después de haber asesinado a Fernando.