Ana Zabaloy, maestra y psicopedagoga dedicada a la docencia rural, parte de la Red de Docentes por la Vida, luchadora contra la fumigación con agrotóxicos en las cercanías de las escuelas, murió este sábado de cáncer.

“Me pasó de llegar con cosas cargadas a las clases y encontrarme con máquinas fumigando, sin poder detenerlas. Aspiré lo que se estaba fumigando, volví con la cara paralizada y después de ese acontecimiento los chicos y sus familias empezaron a hablar de cómo fumigan en sus casas”, señalaba Ana en uno de los documentales donde se denuncia el accionar criminal de las empresas que arrojan glifosato desde aviones o por tierra.

“He visto llegar alumnos de Paraguay gorditos rozagantes y después de cuatro años ver cómo se les iba deteriorando la salud -ilustraba Zabaloy sobre los casos de intoxicación-. Siempre digo que las docentes rurales somos testigos directo del costo humano de este sistema basado en transgénicos y venenos”.

Respecto al rol del Estado, Zabaloy fue incansable en la lucha por derribar la indiferencia de directivos funcionarios y hasta de autoridades escolares en el tema. “En los pueblos chicos las sociedades reaccionan con indiferencia o con rechazo, por eso de que la gente aquí vive del campo. Me han pedido que no hable en inauguraciones de actos escolares de las fumigaciones, eso es increíble, los que están en riesgo son los chicos”.