La semana pasada una pareja homosexual, Magdalena y Marisol, decidieron ir al local de la cadena de pizzería Kentucky, ubicado en la intersección de la Avenida Corrientes y Billinghurst, a comer una pizza y festejar su aniversario.
Sentadas en la barra del local mientras esperaban su pedido las chicas, como cualquier pareja, se besaron. A los pocos minutos un empleado  se les acercó y pidió que dejaran de besarse o deberían retirarse del local. Además de generarse revuelo innecesario, las jóvenes que pidieron el libro de quejas para dejar sentada su denuncia, fueron maltratadas e incluso recibieron burlas de los presentes.
Frente a tal acto de discriminación, decidieron junto a un colectivo por la diversidad, manifestarse frente al local a modo de escrache. El método elegido fue una besada colectiva protagonizada por lesbianas, homosexuales, bisexuales, travestis, trans, y demás amistades que se quisieran sumar.
"Fue una fiesta: todo el tiempo una pareja de chicas estaba adentro y, pagando su comida, se besaban continuamente en la barra. Afuera, un montón de personas se besaban, bailaban, cantaban, aplaudían, sonreían pegaban carteles ("Basta a la violencia heteronormativa! No nos vamos a callar. Basta de discriminación"), soltaban consignas ("Nuestros besos no se prohiben", "Por más tortas en kentucky", "Kentucky no vemos mujeres laburando", "Nosotras te hacemos la empanada")", relataron en las redes sociales.

La semana pasada una pareja homosexual, Magdalena y Marisol, decidieron ir al local de la cadena de pizzería Kentucky, ubicado en la intersección de la Avenida Corrientes y Billinghurst, a comer una pizza y festejar su aniversario.

Sentadas en la barra del local mientras esperaban su pedido las chicas, como cualquier pareja, se besaron. A los pocos minutos un empleado  se les acercó y pidió que dejaran de besarse o deberían retirarse del local. Además de generarse revuelo innecesario, las jóvenes que pidieron el libro de quejas para dejar sentada su denuncia, fueron maltratadas e incluso recibieron burlas de los presentes.

Ante tal acto de discriminación decidieron, junto a un colectivo por la diversidad, manifestarse frente al local a modo de escrache. El método elegido fue una besada colectiva protagonizada por lesbianas, homosexuales, bisexuales, travestis, trans, y demás amistades que se quisieran sumar.

"Fue una fiesta: todo el tiempo una pareja de chicas estaba adentro y, pagando su comida, se besaban continuamente en la barra. Afuera, un montón de personas se besaban, bailaban, cantaban, aplaudían, sonreían pegaban carteles ("Basta a la violencia heteronormativa! No nos vamos a callar. Basta de discriminación"), soltaban consignas ("Nuestros besos no se prohiben", "Por más tortas en kentucky", "Kentucky no vemos mujeres laburando", "Nosotras te hacemos la empanada")", relataron en las redes sociales.