La noticia explotó en la web. Un matrimonio le compró a su hija una muñeca que resultó tener pene y el conductor de C5N se indignó al aire, dijo algunas barbaridades y se ganó el trono a la pacatez sin disimulo.

La muñeca sorprendió a todos por varias razones. Primero porque ni los padres ni la nena imaginaban que detrás de su pollera encontrarían genitales masculinos y, segundo, porque el concepto de muñeca travesti acaba de aparecer en los medios de comunicación.

De forma casi inmediata a la polémica, en las redes se sumaron comentarios de personas trans y gays que se preguntaban si su infancia hubiera sido más sencilla si tenían a su alcance un juguete así.

Por otra parte, en un testimonio brindado a Radio Rivadavia, el psicólogo infantil Ricardo Rodulfo opinó que, en realidad, este tipo de productos "provoca más revuelo en los grandes" que en los menores de edad.

Pero eso a Eduardo Feinmann no le interesa, y su opinión cerrada y su indignación invadieron el piso. Con comentarios homofóbicos, el poco profesional discriminó a los travestis diciéndoles "anormales". Ahora esperemos qué le responde el colectivo.