Desde que Jorge Altamira perdió la interna frente a Nicolás Del Caño, con votos que sobre todo tuvieron en cuenta la juventud y ‘la onda’ del ganador, en el Partido Obrero se nota un fuerte avance de los ‘cuadros nerds’.

Así lo pone de manifiesto un artículo aparecido en el espacio virtual del partido trotskista, intitulado “¿Por qué Pokemon Go elige los ‘locales’ del PO como paradas?”, en el que se destaca las posibilidades proselitistas de la aplicación.

Con cierta algarabía revolucionaria, el PO destaca en esa nota que “una de las características del juego consiste en que se designen ‘pokeparadas’ en diferentes sitios de la ciudad”, donde se consiguen las llamadas ‘pokebolas’, entre los cuales hay “muchos ‘locales’ del Partido Obrero”.

Es que, según explican, la información recopilada mediante Ingress (juego que usa murales callejeros para instalar sus ‘portales’) “fue heredada por Pokemon Go, que convirtió a los antiguos portales en ‘pokeparadas’”.

Así, “la elección de los ‘locales’ del PO por parte de los antiguos miembros de Ingress se debe a que los murales que los circundan –o que los militantes del partido realizan en plazas y paredes de toda la ciudad– alteran notoriamente la estética habitual con un sello propio. Por ese motivo hoy albergan varias pokeparadas”.

En efecto, muchas ‘pokeparadas’ tienen como referencia los murales porteños y, en efecto, muchos de esos murales fueron realizados por militantes del PO, sobre todo refiriéndose a Mariano Ferreyra.

Y bien, teniendo en cuenta que muchos comercios donde hay ‘pokeparadas’ hay incrementado sustancialmente sus ventas a partir del tráfico generado por el juego, los ‘troskos’ ven una buena oportunidad no para el lucro, claro está, sino para incrementar su influencia política y su militancia.

Reconozcámosles algo: ¡se prenden en todas!