Tres cosas llamaron la atención del acto de Mauricio Macri de este jueves, una más curiosa que la otra, aunque ninguna sorprende. 

La primer fue que no habló del masivo ruidazo en repudio a las altas subas en los servicios. La segunda fue que agradeció al Congreso la aprobación de una ley que todavía no se votó. Y la frutilla del postre la dio un llamativo arengador.

Cuando terminó de hablar el Presidente, un hombre tomó el micrófono y preguntó a los jóvenes presentes: "¿Se puede ser feliz?, ¡sí se puede!", gritó el hombre repetidas veces.