La falta de logros económicos, no hace mella en la capacidad del Gobierno para domar a la CGT, con dirigentes que más que a caballos rabiosos se parecen a los ponys con los que pesean a los nenes en la plaza.  

Tras la reunión de este mediodía en Casa Rosada, la central obrera tenía una reunión clave del Consejo Directivo en la central de Azopardo, en la que, según habían anunciado los propios triunviros, pondrían fecha a un paro general para este mes. Sin embargo, el almuerzo en Balcarce 50 fue suficiente para que los hombres de las camperas de cuero metan la cola entre las patas y llamen a un cuarto intermedio.

La oferta en cuestión por parte del Ejecutvo fue habilitar subas de hasta el 5 por ciento en los convenios firmados entre enero y marzo, que en la mayoría habian respetado el techo del 15%. La elevación de la cota hasta el 20 por ciento, que no se cumplirá necesariamente en todas las negociaciones, ya se sabe que quedará corta porque la inflación, según estiman los prviados, estará en el 27 por ciento.

En la reunión con el Gobierno, los sindicalistas pidieron cuatro puntos: la eximición del Impuesto a las Ganancias del medio aguinaldo de junio, el cese de despidos en la administración pública, el retiro del Congreso del renovado proyecto de la ley de reforma laboral, la reapertura a fin de año de las paritarias con un ajuste de entre 5% y 6% según la actividad.

De este modo, Macri logra desarticular a la CGT del paro general que reclama el resto de los sectores sin dejar de ajustar a los trabajadores. 

Ahora restará esperar a ver cómo reaccionan las CTAs y los gremios opositores al triunvirato que están dentro de la CGT.-