El 18 de enero de 2015 encontraron muerto al fiscal Alberto Nisman en el baño de su departamento y con su cuerpo trabando la puerta. Absolutamente todo indica que se trató de un suicidio pero los medios hegemónicos y una parte de la Justicia intenta decir que se trató de un asesinato aunque no hay una sola prueba en ese sentido.

Sólo una cuestionada pericia de Gendarmería desliza la posibilidad de que el fiscal no se haya suicidado pero lo cierto es que el hecho es utilizado políticamente para intentar perjudicar al gobierno y a poco de cumplirse 8 años del hecho La Nación volvió a sacar el tema es sus paginas aunque leyendo el texto un pude darse cuenta de que no hay absolutamente nada nuevo en la causa.

Pablo Duggan explicó un poco más en detalle quienes son los interesados en desviar la investigación y por qué.

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