Fuentes allegadas a la investigación que lleva adelante la fiscal Viviana Fein revelaron que el disparo que terminó con la vida de Alberto Nisman ingresó a dos centímetros por encima de la oreja, atravesó el hueso y dejó en la piel el "tatuaje de pólvora", como se conoce a la huella por la combinación de la deflagración y el calor que desprende, sin orificio de salida.

Según publican agencias como DyN y Télam, los expertos interpretan que el arma no estaba "abocada en la sien"; es decir, que no estaba apoyada sino ligeramente más atrás, como revela el peritaje ordenado por Fein que este lunes llegó a su despacho.

Hay que tener en cuenta que, en la hipótesis del suicidio, es determinante saber cómo tomó Nisman la empuñadura del arma: si lo hizo con la pistola de frente (en posición vertical) o de costado.

Respecto de las restantes pericias, las fuentes ratificaron que la fiscal aguarda para el miércoles próximo los resultados del examen toxicológico practicado en sangre, orina y vísceras del fiscal que era titular de la UFI AMIA.