"Hoy estamos enviando un proyecto de ley a la Legislatura porteña para eliminar ya el impuesto a las tarjetas de crédito. Yo había dicho que era algo temporal y lo voy a cumplir. Esto es una baja de impuesto que beneficia a la gente”, dijo Rodríguez Larreta en un evidente acto de campaña.

Pero la demagogia es tal que, en los hechos, no es que el Estado va a recaudar menos impuestos, sino que la diferencia es que ahora ese dinero para solventar a la Ciudad lo pondrán todos los argentinos, sin importar en qué parte del país vivan.

“Vamos a reducir el peso muerto del Estado sobre los que trabajan, los que producen y quieren invertir y generar trabajo. Esta es una solución concreta que muestra lo que necesita la Argentina y lo que yo pienso si llego a la Presidencia”, dijo, pero lo cierto es que el dinero vendrá del reparto que forzó la Corte Suprema al dar lugar al decreto de Mauricio Macri.

"Este fallo nos devuelve una gran parte de lo que nos corresponde, a partir de hoy el Gobierno nacional tiene que volver a transferir a la Ciudad el 2,95% de la masa coparticipable y eso me llena de alivio y de esperanza", sinceró Rodríguez Larreta en una conferencia en la sede del Ejecutivo.

La decisión de la CSJN fue firmada por los cuatro miembros del máximo tribunal y dispuso, en los hechos, la suspensión de la ley 27.606 que fijó en 2,32% la participación de la Ciudad en los impuestos que administra el Estado nacional.

Ese coeficiente corrigió el dispuesto por el expresidente Mauricio Macri, a poco de iniciar su gestión de gobierno, que subió la cuota porteña al 3.75%.

En caso de convertirse en Ley, es verdad que los porteños pagarán menos impuestos, pero a costa de los que paguen el resto de los argentinos.