El perfil de Viviana Canosa está cada vez más claro: tiene que estar indignada todo el tiempo.

Caso contrario sería difícil de explicar su militancia en contra de una herramienta como el censo que le será útil a todos los argentinos para saber cuántos somos y cómo vivimos.

Pero además y para no perder la costumbre Viviana mechó algunas mentiras en su alegato como que te piden datos personales cuando al no asociar esos datos a una persona sólo son datos estadísticos.

Párrafo aparte merece el impresentable Yamil Santoro opinando que el censo se hace para justificar el Ministerio de la Mujer. Sin palabras.