Si algo caracterizó a la izquierda argentina es buscar los debates de ideas para confrontar modelos. Si bien han tenido idas y vueltas en las distintas elecciones, se han constituido en una tercera fuerza nacional aunque con muy bajo porcentaje de votos.

Pero Gabriel Solano es un dirigente que rompe el molde de los Altamira o Bregman, siempre dispuestos a discutir las causas de las crisis del país y la necesidad de romper con los esquemas empobrecedores del capitalismo.

Así Solano aprovechó el triunfo de River para darle un palo a Aníbal Fernández removiendo la vieja historia -ya desmentida- del baúl del auto.