El Gobierno en su conjunto, con la voz de la ministra Patricia Bullrich en lo más alto, salió en defensa del policía Luis Chocobar, con el argumento de que actuó acorde a la ley e incluso de los protocolos policiales elaborados para estos casos.

Matías Lobos, subsecretario de Capacitación, Formación y Programas del Ministerio de Seguridad de la Nación, ratificó al diario Clarín que el policía “actuó correctamente”, siguiendo todos los protocolos “de defensa policial” establecidos para casos como estos.

Pero este mismo diario afín al macrismo tuvo acceso a ese protocolo “de defensa policial”, que establece los pasos a seguir en caso de que un efectivo deba enfrentar a un delincuente con “elemento punzo cortante”, como fue el caso de Juan Pablo Kukoc.

"Enfrentarse a una persona armada con un elemento punzo cortante es extremadamente peligroso y puede ser potencialmente mortal", dice el instructivo, por lo cual sugiere el siguiente protocolo:

“a) Mantener una distancia mínima de 6 mts. del agresor armado empuñando su arma de fuego.

b) De no poder mantener esa distancia, usar armas no letales o de letalidad controlada como el PR-24 o el bastón rígido policial, gas pimienta, etc. para equiparar un posible ataque.

c) Si no dispone de armas no letales o no tiene tiempo de acceder a ellas, buscar cualquier elemento que pueda interponer con el agresor, como una silla o elementos para obstaculizar el ataque.

d) Como última instancia usar la defensa física teniendo en cuenta que frente a un profesional en el uso de estos elementos, no hay técnica posible para enfrentarlo ya que el nivel de riesgo es alto".

Chocobar, de acuerdo al dictamen de la justicia y según puede apreciarse en las imágenes que trascendieron, no siguió ninguno de estos puntos. Simplemente, ejecutó por la espalda al delincuente que había atacado al turista.