Tal vez el "chiste" contado por una persona con empatía podía resultar ingenioso. Pero cuando el odio brota por las venas es difícil causar gracia.

De todos modos a Viviana Canosa lo único que le importa es indignar aún más a los que ya están indignados y eso le sale bastante bien.

Lo que mostró no se terminó de entender. Una serie de opciones que daría el cajero automático que en principio no hicieron más que agregar algo de patetismo a la ya devaluada imagen de la operadora.