El malestar es evidente y ya a esta altura, uno empieza a desconfiar de aquella frase del Presidente acerca de que las diferencias con Cristina Kirchner, eran solamente políticas y sospecha que también hay animadversión personal.

Sino no se explica cómo se siguen mandando mensajes venenosos en los actos públicos o en entrevistas, y no saldan las cuentas en privado.

Lo concreto es que Cristina ironizó sobre las operaciones contra ella surgidas del fuego amigo, y le pegó de lleno a la Portavoz, Gabriela Cerruti.