Según algunos medios, la gobernadora María Eugenia Vidal se enfureció tanto al enterarse de que sectores de Cambiemos estarían detrás del espionaje realizado por el falso abogado Marcelo D´Alessio sobre su vida personal, que ordenó a su mano derecha en la Justicia, el procurador general bonaerense Julio Conte Grand, caer con todo el peso sobre el fiscal que admitió vínculos con el único detenido en la red de espionaje que investiga el juez de Dolores, alejo Ramos Padilla.

Se trata de la acción inmediata que firmó Conte Grand par suspender por 90 días a uno de los funcionarios del ministerio público provincial, el fiscal de delitos complejos de Mercedes, Juan Ignacio Bidone, luego de haber reconocido vínculos con el espía D'Alessio, para dejarlo al borde del jury para destituirlo.

Según reprodujo politicargentina.com, para correr a Bidone, la Suprema Corte bonaerense sostuvo que "habría incurrido en conductas de extrema gravedad institucional que menoscaban el normal y adecuado funcionamiento del servicio de Administración de Justicia".

Bidone, el fiscal del triple crimen de General Rodríguez, se presentó en Comodoro Py para admitir en una declaración espontánea que le facilitó información sobre comunicaciones telefónicas y movimientos de Migraciones de Pedro Etchebest, el empresario que aportó las cámaras ocultas y las grabaciones que dispararon la investigación de Ramos Padilla y puso las extorsiones de Carlos Stornelli en el centro de la escena.

La lectura política en este escenario pre electoral salpicado por constantes revelaciones judiciales, muestra que por un lado Vidal da crédito a la investigación del juez de Dolores sobre un sistema de espionaje y extorsión, pero su padre político, el presidente Mauricio Macri parece encarar el conflicto con la protección sobre Stornelli como premisa fundamental, sobre todo para sostener al menos hasta octubre la instalada por medios hegemónicos 'causa de los cuadernos'.