Entre 1984 y 2005, Sarita Santos Dávila trabajó como empleada doméstica de la familia Urtubey; siempre en negro, sin que se le realizaran aportes ni se le pagaran aguinaldos, vacaciones ni asignaciones familiares.

Al ser despedida, tras 21 años de servicios, no le abonaron la indemnización correspondiente, por lo que la mujer decidió recurrir a la justicia salteña.

Sin embargo, tras años de litigar por el trabajo que realizó en las casas de la escribana Lía Urtubey, madre de Juan Manuel, y del propio gobernador, la Cámara de Apelaciones de la provincia decidió revocar un fallo a su favor en primera instancia.

Llegado el caso a la Corte Suprema salteña, ésta confirmó la polémica sentencia 'in limine' (es decir, rechazando todo lo expuesto) de la Cámara. Ahora, su caso llega a la Corte Interamericana de Derechos Humanos.

"El juicio es contra toda la familia Urtubey porque ella trabajaba para los hijos (de Lía) inclusive", explicó Víctor Hugo Sarmiento, uno de los letrados que representa a la exempleada doméstica del gobernador al sitio Eldestape.com.