La interna macrista está que arde: la inefable Elisa Carrió suma poder mientras pretende influenciar sobre el destino de Cambiemos y del país a través de operar mediáticamente contra quienes zafar de la eventual debacle electoral del opicialismo.

Por un lado, exhibió su influencia al obligar al jefe de Gabinete, el otrora omnipotente Marcos Peña, a visitarla en su domicilio, algo verdaderamente inusual. Y allí el funcionario habrá soltado algún “por favor” para que Lilita morigere ciertas críticas a Patricia Bullrich y su protocdolo, por ejemplo.

Por el otro, presiona en los medios a María Eugenia Vidal para que no desdoble la elección provincial de la nacional, como están haciendo muchos gobernadores para no quedar enganchados a la lista que eventualmente encabezará Mauricio Macri.

Es que todos la ven venir, incluso Vidal: la situación económica y social solo promete empeorar en 2019 y la debacle arrastraría al fango electoral las aspiraciones de Macri de lograr un segundo periodo en la Presidencia.

Carrió, aliada incondicional del Presidente –y solo del Presidente–, ve también esa difícil situación y por eso califica como “oportunistas” a los mandatarios provinciales (como eventualmente la bonaerense) que desdoblan elecciones para no ser arrastrados a ese fango.

Carrió: "Cambiemos no desdobla las elecciones"

Neuquén, Río Negro y La Rioja, entre otras, son provincias que adelantaron elecciones o lo harán. Si la Ciudad y Provincia de Buenos Aires hicieran lo propio, sería un golpe demoledor hacia octubre: Macri quedaría en el aire, colgando de un piolín muy delgado.

De hecho, este viernes Macri reunió a su tropa más fiel en Villa La Angostura para abordar casi exclusivamente este espinoso tema: Rodríguez Larreta, Gerardo Morales (Jujuy) y Alfredo Cornejo (Mendoza) prometieron fidelidad al Presidente. Vidal brilló por su ausencia.