Parece que la imagen de Cristina es más grande incluso de lo que consideran los kirchneristas más acérrimos.

Al menos el comentario Sergio Berensztein intentó ser una especia de análisis político que comparaba a Cristina con la radicalización de la política, su mirada sesgada pero su mirada al fin.

Pero en el medio saltó el impresentable Nicolás Wiñazki a dar pena con su comentario y quedando, una vez más en el más absoluto ridículo.