La semana pasada escandalizó el ex ministro de semblante serio y rígido, inmortalizado por una foto dando un brinco-vaya a saber porque-, al pactar con los fondos buitres. No está claro porque acordó tan rápido cuando Kicillof se pasó dos años sin ponerse de acuerdo nunca. Tal vez Cristina debió haber pagado, a ella le hacían precio. Este asistente de finanzas de ricos que fugaron dinero a montones, además detonó la inflación al doble y generó una recesión de la cual nunca más salimos. Recuerde, el que hablaba de “segundo semestre” y  “brotes verdes” con increíble cinismo. No podemos omitir que su comentario fue insolente y desfachatado como todos los de la horda financiera que integraba el gabinete del “mejor equipo de los últimos 50 años”. Esto dijo: “me  parece que el Gobierno ofreció más de lo necesario”. - ¿Perdón?- Resulta que él fue quien autorizó tomar prestamos pagando 7% y 8% anual. Ahora resulta que el ministro Guzmán que pidió 3% ¿ofreció mucho?

A nosotros nos parece otra cosa, ofreció lo mejor dentro de lo posible. Hemos vimos un académico con biblioteca, talento, valores, convivencia, aceptación de reglas de juego, respeto, trabajo en equipo, disciplina, esfuerzo y humildad. Vislumbramos inclusive algo de “potrero”. Obviamente Martin Guzmán ha de pasarse la opinión de esa gentuza por el arco del triunfo. Porque el ministro Guzmán es un crack y, no es un bandido de doble apellido.

Dijimos que cuando los muchos pirinchos entrepreneurs aseveraban en potencial o dogmatizaban la negociación estaban operando a favor de los acreedores, ya que una negociación deuda no es de izquierda ni de derecha. Si hilamos fino es de derecha, porque la izquierda repudia el pago de la deuda. Se jugó fuerte hablando de chavismo (populismo o socialismo siglo XXI), pero ahora el mundo no les da más margen. Un primer default puede gatillar el derrumbe mundial público y privado de la deuda y tal vez del dólar. Los fondos involucrados en la renegociación saben que eso puede suceder este mismo año, en cualquier momento.

Desde esta columna habíamos dicho textualmente lo que expresaron el presidente y el ministro: “cualquier mejora haría peligrar el posterior cumplimiento y/o demandaría esfuerzos ciudadanos”, superiores a los actuales que el Gobierno no iba a comprometer. En enero sostuvimos que Guzmán es ciudadano del mundo y no llegó para dejar sus convicciones en la puerta de Columbia ni la de Gimnasia y Esgrima de La Plata. Indicamos: “Le va a tapar la boca a todos”, y lo hizo. Los comentarios del ministro son excelentes en New York. Cualquiera que lo conoció en este tiempo, ya que antes se la paso estudiando, habla bien de Guzmán. Nadie es profeta en su tierra. Los economistas vernáculos hablan con desprecio, que en realidad exterioriza envidia. Los fondos intentan rapiñar un dólar adicional. No lo van a lograr porque Alberto Fernandez ya llego al límite auto impuesto. El sabe de esto, entre 2003 y 2005 Argentina no acordó.

En este tiempo hemos aprendido la diferencia que existe entre los comunicadores y macroecolobbistas (operadores encubiertos) y la experiencia académica y práctica de quienes no tenemos en venta lo que Dios nos dio. Es mucho más fácil ser sindicalista de los bancos y las empresas que ganar cada centavo investigando y dando clases. El sindicato de macroecolobbistas no enseña en ninguna universidad, tiene como objetivo principal el bienestar de los accionistas de bancos y empresas y el suyo propio. Es decir, asegurarse la facturación de su consultora, crear condiciones de rentabilidad para sus clientes, pedir libertad de acción en los operadores del mercado, reducir los derechos laborales, la jubilación, generando mediante su participación en TV y todos los medios funcionales, la suficiente capacidad como para establecer una dinámica dominante del empleador por sobre los trabajadores.

El tropel de “sobres salientes” ayudó a mejorar la oferta. No hay que restarles meritos. El curro les dio sus frutos a ellos y sus financistas y sponsors.

NO HAY NINGUNA APURO

Aunque en este momento no hay ningún apuro para cerrar, todo está a punto de caramelo para poder hacerlo. Ganan todos o, esto se complica para muchos, más que para la Argentina. El único que tiene que dar cuentas aquí es Mauricio Macri, gestor y consumador de este cataclismo. Alberto viene a levantar la momia que les dejo el ex presidente.

El rebote de la pandemia está dando la vuelta y si se potencia, las caídas van a ser verdaderos desplomes.

Después de tantas presiones, si el gobierno logra reestructurar un porcentaje significativo de la deuda sin haber claudicado es un logro a destacar. Habrá que aceptar que se ha dado un gran paso. En 2005 no se cerró con todo el mundo. El acuerdo amplio donde se llegó a 93%  fue en 2009. Mientras tanto (aun en default) los argentinos crecimos 7 y 8% por 8 años consecutivos, con un riesgo país más bajo que entre 2015-2019. Néstor Kirchner se dio el lujo de tradear bonos rescatados con una quita de 25% (33% de rendimiento real, con el financiamiento de Venezuela al 15%. Utilidad 18% para Argentina y 15% para Venezuela). Negocio redondo.

DAÑOS IRREVERSIBLES

El perjuicio infligido al país por el default o reperfilamiento de deuda de agosto de 2019 ya estaba hecho. Salimos del default en abril de 2016 para incumplir deudas en 28 meses. Un record difícil de igualar en el mundo. Digno de las páginas Guinness, lo mismo que pedir en 2 años alrededor de u$s 110.000 millones para un país que debe u$s 200.000.

Pensar que gobernaron con el mantra “la pesada herencia”. Un empresario oscuro que repitió el “paga dios violento”, como lo hizo con el Correo Argentino y ya lo había hecho con su familia en 1982 asistido, trasladándoselo al conjunto de la sociedad. Esta vez jugó fuerte, aunque su fortuna es indeterminable dentro de las sociedades mamushkas (SOCMA). El famoso Carlos de los culposos noventa quedó como “un Carlitos”. Es el estigma del arroyo. El de aquel que rompe y no paga, “de puro guapo”, porque su impunidad nunca encontró limites. Creció en un ambiente marginal donde todo era posible sin consecuencias, tuvo una infancia difícil y fácil a la vez, por causa de su padre, como el joven Ítalo-americano de la película (Paul Newman). Aquel actor de ojos celestes, se unió a una de las bandas del barrio para emprender una larga actividad aviesa. Más tarde con una vida nueva y casado con una encantadora señora, llegaba a lo más alto, descubriendo la mejor manera de labrarse el futuro: a través del deporte…

Lejos de volver al mundo, en 2018 el mejor equipo de los últimos 50 años se convirtió en el hazmerreir del universo y hazme llorar de los argentinos. Nunca hubo “lluvia de inversiones”, antes bien, fue destruida la confianza de los inversionistas.

Se perdió una oportunidad histórica, como suelen decir por allí los pájaros carpinteros.

VOLVER A EMPEZAR

Argentina aspira con esta renegociación de deuda a recuperar el terreno perdido entre 2015-2019. Si lograra reducir al menos 30.000 millones de dólares en pagos estaríamos recuperando menos de un año de fuga de divisas 2017-2019. Un ahorro de 30.000 millones de dólares representa alrededor de 10 puntos del PBI. Una desencajada muestra de la dilapidación que procedió el gobierno de la Alianza Cambiemos. Economizaríamos el doble de los depósitos en dólares que coloca hoy el sector privado en los bancos. Florece una alcancía que contiene alrededor de 3 veces las reservas de libre disponibilidad que dejaron en el BCRA el 10 de diciembre de 2019. Encarnaría más de un año y medio de importaciones a los volúmenes de estos últimos meses. Dos veces el esfuerzo fiscal aplicado a la pandemia. Equivale a más que toda la caída del PBI de 2020, 4 veces el crédito al sector privado en dólares, 3 veces los encajes bancarios en dólares.

Otra vez el obstáculo de la deuda es el tema central del Gobierno argentino en su lucha contra los vestigios del Macrismo y, vuelve a llamar la atención del mundo, porque también es un problema de la sociedad mundial. La actuación del FMI es un reconocimiento de la necesidad de darle sustentabilidad a una deuda, sub producto del neoliberalismo berreta que ellos mismos sostuvieron y rescataron del precipicio en 2018.