El guitarrista de Divididos, a los 57 años -la misma edad a la que falleció su padre- admite que su vida tuvo y tiene, más disfrute que la de su viejo.

Entre esos disfrutes, aquellos que se guardan en el corazón, el músico recordó su fanatismo por la banda que mas tarde integró: cuando tenía 23 años, ya seguía al grupo que se originó en Córdoba y se desarrolló en Hurlingham, ya que su familia vivía en la localidad vecina de El Palomar.