Se ve como una especie de broche que se ajusta al mástil de la guitarra o bajo, más precisamente en el clavijero, haciendo resonar las vibraciones de la madera en un 'parlante' de plástico, fabricado con el plástico de un envase.

Es perfecto para zapar en casa cuando los amigos están de visita y el horario para enchufar el amplificador tradicional, ya se vio superado. Además, según la ocasión el músico puede zafar de llevar un pesado equipo eléctrico.