En Cromañón se pararon los relojes en aquel 30 de diciembre de 2004. El lugar, intacto, todavía conserva hasta las marcas de las manos de aquellos chicos que quisieron salir para seguir viviendo.

La muerte parece haber congelado el boliche ubicado sobre la calle Bartolomé Mitre, donde perdieron la vida 194 chicos durante el show de Callejeros.

Incluso, todavía está la lona con las gráficas que la banda había preparado para el recital. Todavía, están las zapatillas de cientos de chicos, los vasos apoyados en la barra y los pedazos de tela sobre las escaleras.

Las imágenes tomadas por un fotógrafo de Clarín son verdaderamente fuertes.