El proceso judicial que seguimos desde todos los medios de rock argentinos llegó a su fin con la condena de Phil Rudd, quien se había declarado culpable de los cargos de posesión de drogas e instigación al asesinato.

Por eso, el juzgado de Tauranga, lo condenó a ocho meses de prisión domiciliaria: una pena bastante liviana a la que muchos esperaban, y cumplirá esta condena en su casa al frente de la playa en Tauranga (una pena a la que seguro todos aceptaríamos con gusto).

Por su parte, el músico tuvo que pagar una suma de 100 mil libras por gastos, y también resarció económicamente a la parte querellante.

Durante el juicio, el tribunal pudo constatar que Rudd despidió anteriormente a varios de sus empleados después del fracaso de su álbum solista, 'Head Job'.

También que llamó por teléfono a uno de ellos (quien inició el juicio) amenazándolo con matarlo. Al poco tiempo llamó a un socio en Australia diciendo que quería "que se ocuparan" de uno de sus empleados.

Los jueces tomaron en cuenta que Phil Rudd se reconcilió con la víctima y que le pagó una gran cantidad de dinero, y al parecer le dieron una pena bastante 'light'. Con una condena así, vamos todos presos a la playa neozelandesa.