Los Rolling Stones tuvieron una presentación histórica en Uruguay. Fue la primera vez que tocaron en el país charrúa, y obviamente, la expectativa que se generó alrededor de este recital fue inmensa.

"Nuestro show será nuestro Maracanazo", afirman los testigos que Jagger lanzó en el escenario de un Centenario colmado, ahí donde juega la Celeste o el Manya, ahora con el mejor equipo del mundo sobre las tablas.

Y si de fútbol hablamos, antes del show tocaron la puerta de la habitación de Mick Jagger. Era un envoltorio, obviamente, con un presente. Venía desde España, pero provenía de un compatriota local.

Luis Suárez envió al histórico cantante de los Stones su camiseta de la selección uruguaya autografiada, con el siguiente mensaje: "Para Mick, lo mejor. Con amor, Luis Suárez".

Durante su paso por Uruguay, 'Superboca' se animó a visitar al 'Negro' Rada en un cumpleaños candombero, en las entrañas montevideanas, y a manejar el dialecto característico de los orientales del Río de la Plata: tiró un "ta" y un "bo" en medio del show.

Hasta se sacó al grito de: "¡Gardel es uruguayo!", como un mimo, como una súplica de perdón al pueblo por haber demorado tantos años en pisar su tierra. Por eso, los mimó todo el tiempo. "Luis Suárez me mandó una camiseta... aún me duelen esos goles", dijo el hincha del Arsenal antes de tocar 'Honky Tonk Woman'.

"La estamos pasando bien en Montevideo. Escuchamos candombe, Charlie (Watts) comió un gran chivito y después caminamos en la Rambla", contó Jagger, mientras intentaba leer un teleprompter escondido ante la vista de la mayoría.

La lista fue similar a la de toda la gira 'América Latina Olé', con los clásicos de siempre y alguna que otra sorpresa. La banda más importante del mundo cerró su show, de alrededor de dos horas, con 'Satisfaction (I can't get no)' y una gran batería de fuegos artificiales.