El próximo martes 5 de junio será la siguiente audiencia, sin prensa ni público, en la que Cristian Aldana comparecerá ante el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) N°25 de la Ciudad de Buenos Aires presedido por Rodolfo Bustos Lambert.

Allí se presentarán más testigos de una interminable lista de 102 más siete querellantes que llevan adelante la causa bajo el lema 'No nos callamos más', que impulsó a que muchas víctimas de Aldana se animen a denunciarlo. 

"Lo que hizo Aldana es comparable a una masacre. Otros casos con tantos querellantes se ven en AMIA u Once. Entonces ahí te das cuenta la dimensión del daño que produjo en tantas menores". 

Las palabras de Gabriela Cónder, abogada de una de las denunciantes, da dimensión de la gravedad del crimen, o mejor dicho, los crímenes por los cuales se le imputan desde, al menos, los años 1999 y 2000.

Fuentes del caso indicaron que "la investigación detectó que Aldana tenía un modus operandi para cooptar niñas". El músico las invitaba a su estudio o a su casa, donde las sometía a relaciones sexuales con un alto grado de violencia y perversidad. Luego, las inducía a que inviten a otras menores por lo que terminaba en orgías con amigos de él, según destacó Perfil.

En estos dichos también se destaca que muchas veces las filmaba o "utilizaba utensilios de cocina para penetrarlas", como parte de las aberraciones que este hombre hacía a sus víctimas. 

En uno de los testimonios más fuertes, una de las denunciantes relató con detalles los abusos por parte de Aldana. Como por ejemplo, violaciones, disfrute del dolor que ejercía sobre ella, e incluso, aprovecharse de un antecedente de abuso que la joven cargaba con ella desde su niñez. 

"En algunas ocasiones me pidió que lo llamara como mi primo (quien había abusado de ella). Que le dijera 'Maxi' mientras me violaba. Decía que si lo hacía me iba a liberar, que iba a sacar esa experiencia horrible de mi vida. Pero no, todo eso se sumó a lo que venía padeciendo, convertidos en más de nueve años de terapia desde los 11 a los 20", relató. 

La defensa del músico sostuvo abiertamente que la víctima fabula, que los delitos no existieron, y toda su estrategia apuntó a marcar presuntas contradicciones y relatos armados para perjudicar al cantante de "El otro yo". 

Pero, más allá de la larga lista de testigos y querellantes, la Justicia tiene varios videos de prueba, como uno en el que se ve a Aldana vestido de monja bailando con dos de las denunciantes. Ese mismo disfraz fue el que usó en 2016 cuando se presentó en la marcha que se organizó contra él en el Obelisco. Una perversidad que no conoce límites.

Protestaron contra "abusadores del rock" y uno de los denunciados provocó disfrazado de monja