Sucedió en México, donde una mujer asfixió y mató a su esposo mientras hacían la postura del 69. Según declaró ante la policía, su esposo se recostó boca arriba, mientras que ella tomó la posición contraria recostada sobre el cuerpo del hombre. Ambos estaban alcoholizados y drogados.

Una vez tomada la posición, en determinado momento la mujer comenzó a sentir que su marido pataleaba desesperadamente, aunque ella lo dejó pasar. Sin embargo, más adelante notó que no había sido una reacción de placer sino de un dolor agonizante.

Cuando vio que su esposo estaba morado y sin reacción, la acusada llamó la ambulancia aunque ya era demasiado tarde: el hombre había fallecido.

La mujer se dio a la fuga asustada por lo que había ocurrido y fue encontrada horas más tarde en un restaurante con más de 10 bolsas de la potente droga sintética conocida como “Kokodrile”.