La comunidad científica está perpleja. Luego de que se hallara el cuerpo de un monje budista en Mongolia, cuando un ladrón intentaba venderlo en el mercado negro, las primeras estimaciones hablan de que el cuerpo momificado en la posición del loto tendría 200 años.

Los restos del sacerdote -estaban envueltos en piel de ganado-serán sometidos a un examen forense para determinar cómo puede haberse conservado en tan buen estado en esta compleja posición, aunque la principal hipótesis se centra en las bajas temperaturas de la región centro-norte del país asiático.

La sorpresa se conoció cuando Barry Kerzin, famoso budista y médico del líder espiritual tibetano Dalai Lama, afirmara que el monje no está muerto, sino que se encuentra en "un estado de meditación muy profunda", llamado tukdam: "Si el monje puede continuar en ese estado de meditación, puede llegar a convertirse en un Buda", aseguró Kerzin al Siberian Times.

"Si la persona es capaz de permanecer así durante más de tres semanas -que rara vez sucede- su cuerpo se contrae gradualmente, y al final todo lo que queda de la persona es su pelo, las uñas y la ropa", explicó Kerzin.

"En estos casos, la gente que vive cerca de los monjes pueden ver un arcoiris en el cielo, demostrando la exitencia de un 'cuerpo arcoiris', el estado más cercano al estado de Buda", aclaró el médico.

"Si el monje puede continuar en ese estado de meditación, puede llegar a convertirse en un Buda", añadió.

Según los expertos, la posición de las manos indican el estado de meditación: "Está sentado en la posición de loto, con la mano izquierda abierta y la derecha como símbolo de la prédica Sutra. Ese es un signo de que el sacerdote no está muerto, sino meditando", puntualizaron.

El hallazgo se produjo el 27 de enero en la provincia de Songinokhairkhan, en Mongolia. Fuentes locales informaron que el cuerpo del monje estaba en una caverna en la región de Kobdsk, mientras que el ladrón lo escondió en su casa en la localidad de Ulaanbaatar.