Ocurrió en Tennessee, Estados Unidos, donde Dallas Archer, de 19 años, fue detenida por conducir con una licencia suspendida. Una vez en la prisión, la policía la registró y encontró una pistola en su entrepierna.


Cuando Archer estaba siendo trasladada a una correccional femenil, un oficial detectó un "extraño objeto" en su entrepierna, por lo que la inspeccionaron más a fondo. Allí encontraron nada más y nada menos que un "mini revolver calibre 22".


Luego de realizar las investigaciones pertinentes, las autoridades descubrieron que la pistola de 10 centímetros había sido robada en 2013 y era propiedad del señor John Souther, un vendedor de coches retirado de 70 años.


Souther declaró que el arma le fue robada el año pasado, cuando su Mustang de 1994 fue saqueado mientras se encontraba en la cochera de su casa, en Kingsport.


Cuando Souther fue a retirar su arma, le dijeron que la habían encontrado dentro de la vagina de una mujer. "¡Oh, Dios mio!", gritó Souther, que luego aclaró que la pistola necesitaría "un baño de lejía".


Ahora Archer enfrenta cargos por posesión de armas y contrabando, ya que introdujo la pistola a un penal sin autorización. La joven finalmente salió en libertad luego de pagar una fianza de 6.000 dólares.