Nuevos hechos de violencia se dieron en Venezuela durante el jueves, que dejaron como resultado un policía muerto, unos cinco heridos y decenas de detenidos.

Todo comenzó cuando efectivos de la Guardia Nacional Bolivariana y la Policía Nacional Bolivariana levantaron los campamentos de jóvenes, que se mantenían en el centro de la capital venezolana desde hace semanas en protesta contra el Gobierno.

"Se planificó un trabajo para levantar estos campamentos, dado que se tenía evidencia que desde estos sitios estaban saliendo los grupos más violentos a acometer hechos terroristas", expresó el ministro de Relaciones Interiores, Justicia y Paz, Miguel Rodríguez Torres.

Durante el operativo, el Gobierno Nacional logró incautar drogas, explosivos, morteros y granadas lacrimógenas que eran utilizados en diferentes actos en los que atacaban a los cuerpos de seguridad del Estado.

Pero, a alrededor de las tres de la mañana, y según denunció el mismo presidente de la nación, el oficial de la Policía Nacional Bolivariana, Jorge Colina, murió por el disparo de un francotirador en el cuello cuando estaba recogiendo los escombros dejados por los manifestantes.

"Un francotirador lo mató mientras se encontraba limpiando escombros de unos guarimberos violentos, asesinos, de una derecha asesina", dijo Maduro durante una entrega de viviendas en Caracas.

Comentó que se va a iniciar las investigaciones para dar con los responsables de este hecho. "Tengan la seguridad que lo vamos a capturar, así como hemos capturado a los asesinos de los capitanes de la Guardia Nacional y los que incendiaron la estación Altamira", dijo.