Empujones, bastones de madera,  gas lacrimógeno y violencia fue lo que se vivió en el Congreso hondureño cuando la policía militar; con el aval del actual presidente Juan Orlando Hernández y del titular del Congreso Mauricio Oliva, desalojaron el recinto.

La represión se inició por el reclamo del partido opositor  Libertad y Refundación (Libre)  donde José Manuel Zelaya; su esposa,  la ex candidata presidencial Xiomara Castro y varios legisladores denunciaban lo peligroso de permitir sesionar en el recinto con armas y señalaban la exclusión del partido en el debate para constituir un nuevo tribunal afectando los valores democráticos del país.

Jose Manuel Zelaya exclamó: "Parece que reclamar aquí es un delito. Lo que en otras sociedades han avanzado nosotros hemos retrocedido, salvajemente, desde que se dio el zarpazo a la democracia, que he sido exiliado. Hoy no han respetado nuestras peticiones pacíficas sino que han venido a reprimirnos con toda la fuerza brutal, nos han desalojado".Desde el retorno a la democracia en 1982, esta es la primera vez que un grupo de militares ingresa al Congreso hondureño para desalojar por la fuerza a legisladores.

Zelaya señaló que el país está en "una dictadura instalada" sobre el montaje de una "estructura autoritaria" destinada a destruir a las fuerzas de la oposición.  Y agregó: "Yo responsabilizo de estas acciones violentas (...) al aprendiz de dictador que es el presidente Juan Orlando Hernández".