El Comité de Inteligencia del Senado de los Estados Unidos difundió el informe que afirma que hubo torturas en los interrogatorios posteriores al atentado a las torres gemelas en septiembre de 2001. En el mismo se denuncia crueldad, abuso, brutalidad y mentira por parte de agentes de la Central de Inteligencia (CIA).

Al respecto, el presidente de EE.UU., Barack Obama, difundió un comunicado en el que asegura que las prácticas de tortura no ayudaron a los “esfuerzos contra el terrorismo” ni a los intereses sobre la seguridad nacional.

El informe sobre las prácticas de la CIA publicado "documenta un programa preocupante" de interrogatorio a sospechosos de terrorismo entre 2001 y 2009, y debe contribuir “a dejar esas prácticas donde pertenecen, en el pasado”, dijo Obama.

El informe revela que el 80% de los interrogatorios “reforzados”, como se califican las torturas en el documento, fueron llevados a cabo por psicólogos externos en un contrato por el que se pagaron cerca de 80 millones de euros.

Las prácticas de “interrogatorios reforzados” han sido mucho más brutales de lo que ha reconocido la agencia y contrariamente a lo que se había afirmado, no ayudaron a obtener informaciones que permitieran detener ataques terroristas concretos, explica el informe, demoledor para la Administración del presidente George W. Bush.

El Senado resolvió en abril pasado desclasificar sólo un sumario de 480 páginas del informe de que en total contiene 6200 y fue recopilado por los demócratas de ese comité.

Según fuentes citadas por el diario The Washington Post, el texto concluye que la CIA exageró ante el Congreso y el Departamento de Justicia la utilidad de técnicas como el ahogamiento simulado, consistente en verter agua en la cara de un detenido para provocarle sensación de asfixia.

La presidente del Comité de Inteligencia del Senado, la demócrata Dianne Feinstein, dijo que los resultados de la exhaustiva investigación de cinco años resultaron ser escandalosos. “El informe expone una brutalidad que está en contra de nuestros valores como país, es una crónica de una mancha en nuestra historia que no debemos permitir que vuelva a suceder”, afirmó la senadora. “La CIA cometió errores muy serios que nos persiguen hasta el día de hoy”, indicó Feinstein después de la aprobación, que contó con el apoyo de once senadores y la oposición de solo tres.