Recientemente el Senado de los Estados Unidos dio a conocer un informe donde se evidencian las torturas que la CIA perpetraba sobre prisioneros de Guantánamo, acusados de "terroristas".

Algunas de ellas se convirtieron en prácticas comunes para con los prisioneros, que fueron incluso defendidas por el gobierno de George Bush en su momento, bajo la excusa de vengar a los que perpetraron el atentado a las Torres Gemelas.

Estas son las prácticas macabras que llevaba adelante la agencia de inteligencia estadounidense:

EL SUBMARINO

Ésta conocida herramienta de tortura, que fue muy común en épocas de la dictadura en la Argentina, era utilizada con frecuencia contra los prisioneros de Guantánamo, en su mayoría, de origen islámico. Consiste en simular un ahogamiento con un trapo en la cabeza y agua constante. Uno de los detenidos, Jaled Cheij Mohammed, afirmó que se lo practicaron unas 183 veces y, en una ocasión, cinco veces en 25 horas. Le produjo convulsiones, vómitos, y le salía espuma por la boca, entre otras cosas.

REHIDRATACIÓN RECTAL

Se confirmó que al menos cinco detenidos de Guantánamo recibieron alimentación a través del recto y, tal como afirma el informe, no existía ninguna necesidad médica para someterlos a eso.

WALLING

Esta práctica se trata de lanzar a los detenidos contra la pared produciéndoles fuertes contusiones. En el informe también se detalla sobre "múltiples golpes" en la cara y el vientre perpetrados por los soldados norteamericanos.

PRIVACIÓN DE SUEÑO

Los detenidos eran mantenidos hasta 180 horas (una semana) sin poder conciliar el sueño, en posiciones incómodas y encadenados con sus brazos en el techo. Uno de ellos afirmó estar en una habitación muy iluminada durante las 24 horas del día. Incluso, de esta práctica se desprende otra tortura, donde soldados ponían música pesada a volúmenes exorbitantes durante horas y horas a prisioneros con las manos atadas.

AISLAMIENTO Y CONFINAMIENTO

Algunos detenidos pasaron más de un mes aislados sin ser interrogado, tal como destaca el informe. Pero el confinamiento era aún más cruel: uno de los prisioneros fue colocado en una especie de ataúd durante más de 11 días y en otro, más pequeño, durante 29 horas mientras lo interrogaban. También se dio a conocer un centro de detención clandestino de EEUU en Afganistán, donde los detenidos estaban colgando en una celda completamente oscura, con sólo una caja para guardar sus desechos.

AMENAZAS PSICOLÓGICAS

Eran algunas de las prácticas más recurrentes entre los agentes de la CIA y los soldados estadounidenses, sobre todo, las amenazas contra familiares, hijos o esposas de los detenidos. Esas amenazas a parientes cercanos incluían relatos sobre violaciones, sufrimiento y degollamientos.