Casi tres millones de personas participaron el pasado domingo en el Desfile del Orgullo Homosexual de Sao Paulo, la mayor ciudad de Brasil, en un evento que sirvió como protesta contra Temer y el gobierno que predica la intolerancia religiosa contra las parejas del mismo sexo.

"Nuestros principales enemigos hoy son los fundamentalistas religiosos, grupos de personas dentro de algunas religiones que insisten en condenarnos y en quitarnos los derechos adquiridos", afirmó la presidenta de la Asociación del Desfile del Orgullo de Gais, Lesbianas, Bisexuales y Transexuales de Sao Paulo, Claudia Regina dos Santos García.

El desfile, convocado precisamente bajo el lema "Independiente de nuestras creencias, ninguna religión es ley. Todos y todas por un estado laico", tuvo como principal objetivo criticar la intromisión de las religiones, especialmente de las homofóbicas, en un Estado como Brasil que se declara laico en su Constitución.

"Muchos de esos legisladores religiosos y conservadores aprovechan la inmunidad parlamentaria para diseminar el odio entre una parte de la población", afirmó al referirse al discurso intolerante de algunos congresistas en los debates del proyecto de ley que criminaliza la homofobia en Brasil.

Brasil es uno de los países que más registran homicidios y agresiones en el mundo por discriminación contra los homosexuales. Según las estadísticas de la organización no gubernamental Grupo Gay da Bahía (GGB), en lo que va de 2017 se han registrado 166 homicidios motivados por homofobia.