La Policía Federal y las fuerzas de seguridad de 14 estados brasileños, entre ellos los de las principales ciudades como San Pablo y Río de Janeiro, anunciaron una huelga que se llevará a cabo este miércoles en todo el país que recibirá dentro de poco más de 20 días, al Mundial de Fútbol.

Al respecto, desde el gobierno de Dilma Rousseff aseguraron que durante el evento deportivo no se repetirán estas medidas de fuerza, a las que catalogaron como “ilegales”.

De esta manera, el ministro de Justicia, Jose Eduardo Cardozo, sostuvo que las huelgas policiales "son ilegales e inconstitucionales", y argumentó que los policías que "juraron respetar su nación no deberían exponer a su país a una situación inaceptable delante del mundo".

En algunos estados, la paralización podría alcanzar hasta el 70% de la fuerza del cuerpo policial, responsable de la investigación de delitos penales.

Entre los más afectados por la medida, se encuentran Río de Janeiro, San Pablo, Minas Gerais, Bahía, Pernambuco y Amazonas. Todos ellos cobijarán seleccionados mundialistas.

Del mismo modo, también se paralizarán en los estados de Alagoas, Espírito Santo, Mato Grosso do Sul, Pará, Paraíba, Rondonia, Santa Catarina y Tocantins; mientras que, por el momento, la policía militar, responsable del orden público, no tiene previsto un cese de actividades.

La semana pasada, una ola de saqueos y destrozos en supermercados sacudió Recife, Pernambuco, después de una huelga parcial de la policía regional en esta ciudad sede de la Copa.