En el día de la fecha, cuatro de agosto, el impeachment contra la suspendida  Dilma Rousseff entra en su línea final en la que la Comisión del Senado deberá votar si efectivamente se lleva o no a juicio a la Presidenta.

Luego, el próximo martes 9 de agosto, la decisión será sometida al pleno de 81 senadores y si en esa ocasión se opta por mayoría simple darle continuidad a la acusación, Rousseff quedará a una sola votación de perder definitivamente su mandato. 

En el medio de lo que debería haber sido una fiesta, la Presidenta señaló sentirse "La Cenicienta" de los Juegos Olímpicos y llamó a Temer un "usurpador"; además apostó a ofrecer un referéndum- si recupera el Poder- para que el pueblo haga valer su decisión. 

Rousseff está acusada de haber violado la Constitución al aprobar gastos sin la venia del Congreso y suscribir decretos para financiar al Tesoro con la banca pública.  Si se corroboran las especulaciones y el vicepresidente Michel Temer, continúa hasta fines de 2018, Rousseff se convertirá en la segunda jefa de Estado en perder el poder a manos del Congreso en 24 años, después de Fernando Collor.

Temer ya avisó que pretende asistir a la cumbre del G-20 a inicios de setiembre en China sin el mote de "interino", y sus legisladores presionan para que la etapa final del juicio, que duraría unos cinco días, comience en torno al 25 de agosto para que termine al mismo tiempo que los Juegos Olímpicos y las protestas queden veladas por las celebraciones.  

La convocatoria de Dilma a su pueblo 

"Voy a pedir un esfuerzo más en este mes restante hasta el momento del juicio. Creo que sería muy importante  movilizar a todos, la dedicación de todos, porque podemos revertir este juego", exclamó Rousseff en un vídeo que publicó en Facebook y apostó por " la conciencia de nuestros senadores".

Dilma Rousseff apuesta a que la presión de los ciudadanos y los votos que avalan su mandato se visibilicen en su país que está inundado de medios internacionales por los Juegos Olímpicos.