El papa Francisco reconoció haber cometido "graves equivocaciones de valoración" cuando defendió al obispo chileno Juan Barros, acusado de encubrir numerosos casos de abuso sexual a menores de edad por parte del sacerdote Fernando Karadima, señalado por numerosas víctimas.

Según informó Euronews, el pontífice envió una carta a la Conferencia Episcopal de Chile, pidiendo perdón y admitiendo "dolor y vergüenza", tras reconocer a través de una investigación enviada desde el Vaticano, la veracidad de los hechos que se le adjudican tanto a Barros como a Karadima, entre 1980 y 1990. 

"He incurrido en graves equivocaciones de valoración y percepción de la situación, especialmente por falta de información veraz y equilibrada. Ya desde ahora pido perdón a todos aquellos a los que ofendí y espero poder hacerlo personalmente, en las próximas semanas, en las reuniones que tendré con representantes de las personas entrevistadas", dice la misiva.

Bergoglio dijo se reunirá con "representantes de las personas entrevistadas", nada más ni nada menos que las propias víctimas en la investigación que ordenó al arzobispo Charles Scicluna a finales de enero.

En la carta incluyó una convocatoria a los obispos chilenos a una reunión en Roma. Hace años que el obispo Barros es cuestionado en Chile por sus vínculos con el sacerdote Fernando Karadima, a quien tanto la justicia ordinaria como la eclesiástica consideraron responsable de abuso sexual de menores.

Barros ha sido sacerdote por 30 años y se desempeñó como obispo castrense -de las Fuerzas Armadas- antes de su nombramiento en Osorno en marzo de 2015.
Barros ha sido sacerdote por 30 años y se desempeñó como obispo castrense -de las Fuerzas Armadas- antes de su nombramiento en Osorno en marzo de 2015.

Scicluna se entrevistó con Juan Carlos Cruz, una de las víctimas que denunció en febrero ante los medios su caso, informado en 2015 a través de un carta a Bergoglio, donde detallaba escabrosos abusos. 

En una entrevista con BBC Mundo, Cruz dijo que tenía 15 años cuando fue víctima de abusos por parte de Karadima, con la supuesta complicidad del obispo Juan Barros: "(Barros) estaba parado al lado mío cuando Karadima nos toqueteaba y nos daba besos. Él se daba besos también con Karadima sutilmente y también le tocaba los genitales a la pasada", graficó.