El país que había sido tomado como ejemplo por los anticuarentena por la flexibilidad en sus medidas de control de la pandemia parece haber fracasado con su estrategia y se convirtió en el país nórdico con más muertes por millón.

Con poco más de 11000 muertos sobre una población de 10 millones de personas la estrategia sueca claramente fracasó.

Ante el preocupante aumento en el número de casos y muertes Suecia endureció las restricciones con la introducción de multas contra quienes violaran la normativa que prohíbe ciertas reuniones privadas. Pero lo hizo recién este mes.

El principal epidemiólogo del país y arquitecto de la política de contención contra la pandemia, Anders Tegnell, propuso desde el principio una aproximación relajada al entender que los confinamientos no eran una solución viable a largo plazo.

Hace diez días, el propio Tegnell admitió que la ola actual de contagios es "mucho peor" de lo que se preveía. "Estamos en un momento crítico donde nos acercamos al límite de lo que puede soportar el sistema sanitario", advirtió.

Entre las medidas que propuso ahora está la prohibición de la venta de alcohol a partir de las 20, el teletrabajo, el cierre de centros públicos durante las próximas dos semanas, la recomendación del uso de mascarillas en el transporte público y la extensión de las clases virtuales en los institutos hasta el 1 de abril.

Suecia acumula ya más de 11.000 muertos por coroanvirus, más que sus tres vecinos nórdicos, Noruega, Dinamarca y Finlandia, juntos. Sus fallecimientos per cápita triplican a los de Dinamarca.