Jair Bolsonaro fue uno de los más fervientes defensores de mantener abierta la economía y no otorgarle a la pandemia de coronavirus la importancia necesaria. Inclusive llegó a decir que se trataba de una "gripezinha".

En nuestro país algunos llegaron a tomarlo como modelo. Pero el modelo se derrumbó y la crisis humanitaria en el norte del país es conmovedora: gente buscando tubos de oxígeno para llevarlos a los hospitales y de esa forma lograr la atención de sus familiares, camas desbordadas y acumulación de muertes.

Manaos parece ser el epicentro de la tragedia y desde allí comenzó la campaña contra Bolsonaro que termino con cacerolazos en todo el país este fin de semana.

Las declaraciones del encargado del cementerio del estado del norte brasileño pinta el terrible cuadro que viven.