Con 498 votos a favor y 114 en contra, la Cámara de los Comunes aprobó la autorización que había pedido el gobierno conservador de Theresa May para poder superar los reclamos de la oposición y activar sin obstáculos el llamado Brexit: la separación de las islas británicas de la Unión Europea.

La aprobación en general no sólo significó un amplio triunfo del oficialista Partido Conservador, sino que terminó de confirmar la profunda crisis interna que vive el opositor Partido Laborista, que votó dividido, según informó la agencia de noticias EFE.

Cerca de una treintena de diputados laboristas se rebelaron contra la disciplina de voto impuesta por su líder, Jeremy Corbyn, y se alinearon en contra del proyecto de ley del gobierno, junto con el Partido Nacionalista Escocés (SNP) y la mayoría de los liberaldemócratas.

Se trata del primer paso para que el gobierno de May avance en activar formalmente la salida de la potencia europea de la UE, y ahora solo resta que el proyecto de ley sea votado en particular la semana próxima; recién allí, será ratificado definitivamente por la Cámara de los Lores.