Junto a varios congresistas, el papa Francisco apareció en un balcón del Capitolio para dirigir unas palabras a las miles de fieles que esperaban afuera. Al oírlo, el legislador de Ohio John Boehner, republicano y católico él, no pudo contener la emoción y gesticuló para evitar el llanto repentino.

Pero mientras sus colegas mantienen la calma, Boehner se desencaja y lagrimea ante las palabras del Papa, que decía: “Quiero pedirle a Dios que los bendiga. Señor, Padre nuestro, bendice a este pueblo, bendice a cada uno de ellos, bendice a sus familias. Dales lo que más necesitan. Les pido a ustedes que recen por mí”.