La presencia del ministro de Gobierno -similar al ministerio del Interior de nuestro país- Eduardo del Castillo presagiaba una intervención caldeada por las acusaciones de la oposición de que en Bolivia hay presos políticos por la prisión del dirigente opositor Luis Camacho.

Así fue que algunas parlamentarias contrarias al oficialismo exhibieron carteles con el mensaje "con presos políticos no hay democracia", con la foto del funcionario Del Castillo y escrito "ministro del terror".

La reacción de algunas diputadas oficialistas fue increparlas e intentar quitarles los carteles lo que derivó en un enfrentamiento donde valió todo: piñas, patadas, agarrones de pelo, empujones e insultos.

 Como era de esperar, las imágenes se viralizaron inmediatamente y circularon en las redes sociales y en la prensa local.