“Mi defensa de mañana será por escrito y leída por mi abogado. Estamos evaluando mi ida al plenario del Senado en otro momento”, anunció Dilma Rousseff a través de su cuenta de Twitter y finalmente hoy el letrado que la representa, José Eduardo Cardozo,  leyó sus palabras.

"Brasil no merece sufrir una nueva ruptura democrática", afirmó la mandataria que fue suspendida de su cargo el pasado de 12 de mayo para responder al juicio político que fue considerado internacionalmente como un "golpe blando". 

Cardozo admitió que le recomendó a Rousseff que no comparezca y el senador Lindbergh Farias, del Partido de los Trabajadores (PT) aclaró: "Le pedimos que no venga a este juego de cartas marcadas para no legitimar un golpe".

En la misiva, de 32 páginas, Rousseff defiende el mandato que le otorgaron "54 millones de votos" en 2014 y remarca su honestidad y el golpe a la democracia que sufrió Brasil. 

E insistió que las acusaciones en su contra  no tienen base legal y constituyen una "farsa política y jurídica" y le pidió a los brasileños que "les digan no a aquellos que, con una absoluta falta de escrúpulos, se valen de la traición, de la mentira, el embuste y el golpismo para hipócritamente llegar al poder".

Con la sesión de hoy, concluyó la fase de producción de pruebas en la investigación por lavado de dinero y malversación de fondos públicos y se abrió un plazo para la presentación por escrito de los últimos alegatos de la defensa y la acusación.