En la Parroquia de San Ricardo de Madrid, España, se preparaban para la celebración de la Santa Misa cuando un grupo de jóvenes irrumpió en el templo vociferando blasfemias e insultos contra la Iglesia católica.

Según asegura el párroco, estaban claramente borrachos, por lo que los fieles que intentaban rezar en el interior se asustaron.

Los beodos también trataron de impedir que los fieles asistieran a misa colocándose a la entrada del templo y gritando que no había que pisar la iglesia porque "los curas son violadores de niños".

Los jóvenes fueron detenidos por la Policía y podrían ser acusados de un delito contra la libertad de conciencia y los sentimientos religiosos.

"No se puede consentir que se realicen este tipo de acciones ni en un templo católico ni en ningún otro lugar", sostuvo el párroco.