Siete días después de que nueve personas murieran, por los disparos de un joven blanco, en la Iglesia Episcopal Metodista Africana Emanuel en Carolina del Sur, la crudeza del racismo continúa sumando hechos lamentables.

Seis iglesias conformadas por creyentes predominantemente de raza negra fueron destruidas por voraces incendios, en cinco estados del sur Tennessee, Georgia, Carolina del Norte, Carolina del Sur y Ohio.

Al menos tres de los casos, ya fueron probados como ataques premeditados. Si bien aún se está investigando un posible vínculo entre los seis hechos, la organización de defensa de los derechos civiles Southern Poverty Law Center (Centro legal para la pobreza sureña) duda que los incendios sean una mera coincidencia.

Los incendios se han registrado días después de la masacre perpetrada por motivos raciales en una iglesia negra en Charleston, Carolina del Sur.

El tiroteo dejó nueve muertos y provocó una protesta nacional contra la intolerancia racial, e incluso un debate nacional sobre el simbolismo de la bandera confederativa. El presunto agresor, Dylann Roof, fue visto en varias fotos posando con esta bandera.

Atacar las iglesias negras ha sido una táctica tradicional de los supremacistas blancos en la historia de EE.UU.