El río Animas, de 203 kilómetros de longitud, cruza el estado de Colorado (Estados Unidos) y los lugareños alertaron a las autoridades sobre un repentino fenómeno: sus aguas se tiñeron de amarillo intenso.

Técnicos de la Agencia de Protección Ambiental (EPA) realizaron los análisis pertinentes y determinaron que el tinte es altamente contaminante: detectaron metales pesados como arsénico y plomo.

Según se informó, las aguas cobraron ese color debido a que resultaron afectadas por pérdidas de la mina abandonada Gold King.