A través de un comunicado, el Banco Popular de China (o banco central) explicó que a raíz de la reducción de la liquidez disponible en el mercado por la devaluación del yuan, se hizo necesaria su intervención.

Así, inyectó un total de 150.000 millones de yuanes (unos 23.400 millones de dólares) en el sistema financiero con una línea de financiación a los bancos chinos a través de acuerdos de recompra inversa ("repos"), por los que se venden valores condicionados a un compromiso para recomprarlos posteriormente, con un vencimiento a siete días y un interés de un 2,5 por ciento.

Por otra parte, el banco también extendió la semana pasada otros 17.000 millones a 14 bancos a través de servicios de préstamo a medio plazo (MLF, en inglés), con un vencimiento a seis meses.

Además, la entidad anunció una rebaja de 0,25 puntos en los tipos de interés de los préstamos para dejarlo en un 4,6 por ciento y de otros 0,25 puntos en los tipos de interés de los depósitos, que quedan en un 1,75 por ciento.