Causando repudio entre las organizaciones de derechos humanos, Jair Bolsonaro reivindicó el 31 de marzo como la fecha en que las fuerzas militares deben recordar el golpe militar de 1964, al cumplirse 55 años del régimen militar que perduró hasta 1986 dejando 434 víctimas de estado oficialmente reconocidas y 337 militares comprometidos, de los cuales 196 están vivos y protegidos por la ley de amnistía.

Bolsonaro llegó a pronunciar durante su discurso en el impeachment a Dilma Rousseff -la expresidenta que fue torturada en aquellos años negros- "el error de la dictadura fue torturar y no matar".

El vocero del gobierno, Otávio Rego Barros, adelantó que “nuestro presidente ya determinó al Ministerio de Defensa que haga las conmemoraciones debidas en relación al 31 de marzo de 1964, incluyendo una orden del día".

"El presidente no considera el 31 de marzo de 1964 un golpe militar. Considera que la sociedad reunida, percibiendo el peligro que el país estaba viviendo" y que "si eso no hubiese ocurrido, hoy tendríamos aquí algún tipo de gobierno que no sería bueno para nadie", detalló Rego Barros.

En 1964 el presidente Joao Goulart fue derrocado por militares, quienes instituyeron en Brasil una dictadura que se extendió hasta 1985. Según la Comisión Nacional de la Verdad durante esos años que se extendió la dictadura hubo 434 asesinatos cometidos por cuerpos represivos, así como centenares de detenciones arbitrarias y de opositores torturados.

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Bolsonaro saludó en varias oportunidades a miembros de dictaduras militares en la región, como la del paraguayo Alfredo Stroessner (1954-1989) y la del chileno Augusto Pinochet (1973-1990), todas fueron parte del Plan Cóndor que coordinó la represión junto a los gobiernos de facto de Argentina, Bolivia, Brasil y Uruguay.

“Quien busca huesos es un perro”. Cartel en la oficina parlamentaria que ocupó los últimos 27 años Jair Bolsonaro. Las palabras son de Sebastián Rodriguez De Moura, apodado Curiò, ex mayor del ejército brasileño que torturó, exterminó y desapareció opositores al régimen militar.
“Quien busca huesos es un perro”. Cartel en la oficina parlamentaria que ocupó los últimos 27 años Jair Bolsonaro. Las palabras son de Sebastián Rodriguez De Moura, apodado Curiò, ex mayor del ejército brasileño que torturó, exterminó y desapareció opositores al régimen militar.