Tras el hundimiento total del barco surcoreano, el número de muertos ha llegado a 64 personas, mientras continúa el intenso operativo de búsqueda, ya que 238 pasajeros aún permanecen desaparecidos.

Los últimos cadáveres recuperados fueron hallados en el cuarto piso del ferry Sewol, y todavía no han sido identificados, de acuerdo a la información de la cadena de televisión Arirang.

Si bien los buzos continúan trabajando en el barco, con la intención de seguir encontraron a los desaparecidos, las esperanzas de hallar sobrevivientes está casi descartada.

Al mismo tiempo, las autoridades de Seúl continúan con la investigación de lo sucedido, después de que la transcripción del diálogo del barco con la torre de control haya revelado que el capitán tardó 40 minutos en dar la orden de evacuación a los pasajeros.

Según la misma, a las 8.55 del miércoles (23.55 GMT del martes) el barco pidió ayuda por radio a los servicios de emergencia, al detectar que la nave estaba inclinándose, y contactó hasta 11 veces con la torre de control en los siguientes 40 minutos mientras ordenaba a los pasajeros permanecer en sus asientos.

De esta manera, tanto el capitán como otros dos miembros de la tripulación permanecen detenidos, y son acusados de abandonar el buque sin preocuparse por la seguridad de los pasajeros a bordo.

Según la casa presidencial, la primera mandataria surcoreana, Park Geun-hye, denunció, en una reunión con altos responsables políticos, que "los actos del capitán del ferry equivalen a un homicidio".