Es la mayor catástrofe marítima del país en décadas, si no en toda su historia y, a medida que la investigación avanza, también asciende la cantidad de muertos.

Hasta el momento se contabilizaron 150 cadáveres, y estiman que queda la misma cantidad de desaparecidos bajo el casco y la superficie marina, en su mayoría, adolescentes de 16 y 17 años.

A una semana del siniestro, la investigación reveló que la primera llamada de auxilio provino de un pasajero que se comunicó con los Bomberos a través de un celular.

"Ayúdennos. El barco se hunde", dijo el joven, que advirtió sobre la situación tres minutos antes de la llamada de la tripulación a la guardia costera.

Esto perjudica aún más al capitán del barco -que se encuentra detenido- y a personal de la tripulación -ocho en total-, acusados de conducta negligente.

Los investigadores creen que el ferry se accidentó durante un cambio de dirección, que, al contrario de lo que se pensaba, no fue de más de 90 grados, según informaron medios surcoreanos

También se determinó que el giro fue de 45 grados a la derecha y que pudo haber provocado un desplazamiento de la carga, lo que a su vez podría haber hecho que el barco perdiera la estabilidad.